Al igual que afirma el viejo proverbio sobre la plantación de un árbol, cuanto antes nos ocupemos de analizar nuestro inventario, en busca de material excedente, mejor remedio y mayor beneficio obtendremos.

Por ello, la maximización de ese beneficio pasa por establecer un control permanente sobre nuestro inventario como un hábito muy saludable dentro de la Organización. Mantener nuestro inventario controlado y en continua búsqueda de oportunidades para él, maximizará su rentabilidad.

Y no se trata normalmente de apatía o despreocupación hacia la rentabilidad de nuestros inventarios (o procrastinación, palabra de moda en los últimos tiempos).

Eso implicaría que se trata de una actitud voluntaria: hay una conciencia respecto a la existencia y situación de los mismos, pero no se hace nada o no lo suficiente, al menos. En definitiva, que se es consciente, aunque no tomamos las medidas adecuadas sobre todo ello.

Pero la realidad es que no suele existir tal actitud contraria a la acción sobre los inventarios, sino que “el día a día” nos absorbe todos losn recursos disponibles (y el tiempo es uno más), impidiéndonos dedicarle la atención necesaria.

Y, otras veces, el conocimiento sobre los materiales excedentes en nuestros almacenes y sus respectivas cantidades, o no existe, o es incompleta.

Es decir, a veces sabemos lo que tenemos que hacer y qué acciones debemos adoptar sobre qué parte de nuestro inventario, pero no podemos darle el seguimiento adecuado; otras veces, desconocemos el material excedente, o una parte de él, y se nos escapan otros materiales susceptibles de serlo.

Así que seguramente el segundo mejor momento de ocuparnos de nuestro stock excedente es ahora. Y, además, plantar un árbol, ¿no es una de las 3 cosas que debemos hacer a lo largo de nuestra vida?