¿Sabes que se estima un coste anual del 25% del total de excedentes en tus almacenes?
¿Cuáles son las cifras de tu empresa o negocio? ¿Conoces exactamente cuáles son esos
materiales en tu empresa? ¿Cuánto tiempo les dedicas?

¿Cuál habría sido el resultado de la organización si esa cantidad de dinero se hubiese
invertido para aumentar el valor del negocio?

No dedicar al inventario excedente el tiempo necesario provoca, como mínimo, que siga
acumulándose y ocupando espacio de almacén que podría utilizarse para referencias de
inventario más rentable.

Además, tal vez estamos desaprovechando oportunidades que nuestro material excedente
esconde.

Y, por si fuera poco, el riesgo de obsolescencia aumenta con el paso del tiempo, pudiendo
pasar nuestros excedentes de una rentabilidad decreciente a convertirse en un generador
de costes permanente. Ambos son costes de difícil cálculo, más en un caso que en el otro.

La obsolescencia puede sobrevenir por varios motivos. Pero una vez que el material es
considerado como obsoleto, el abanico de posibilidades para su comercialización se reduce
drásticamente. Porque, ¿Cuáles son las formas más habituales de tratamiento de nuestro
inventario obsoleto?

1. Eliminarlo físicamente del almacén o colocarlo en un lugar donde quede perfectamente
identificado, y tratar de evitar incurrir en los menores costes posibles. Acaba deteriorándose
y estorbando en el almacén, llegando a necesitarse mayores espacios para su
almacenamiento.

2. Eliminarlo o bloquearlo en el programa informático. Si no es posible, asegurarse al
menos de que no se tramiten más órdenes de compra de ninguna de las referencias
incluidas. Estas mismas referencias siguen ocupando un espacio en almacén, pues no
desaparecen físicamente. Atención a su valoración de cara a inspecciones y auditorías.

3. Donar nuestro exceso de inventario a una ONG puede aumentar nuestra imagen social,
y puede incluso existir algún tipo de desgravación fiscal asociada. La opción Venta es
complicada, pues este tipo de organizaciones suele realizar sus compras en las zonas en
que despliegan sus acciones.

4. Regalar mercancía, a través de promociones con clientes que cumplan determinadas
condiciones, o directamente a los empleados. Esta táctica se puede utilizar para incentivar,
premiando determinado nivel de compra de los clientes, o determinadas aportaciones a la
empresa por parte de nuestros colaboradores.

5. Reducir los Precios. Tanto más bajos cuanto mayor es el nivel de obsolescencia del
producto. Esto no es posible en todos los casos. Por ejemplo: en la venta de productos de
gran imagen o con altos costes de envío.

¿Te ves o te has visto alguna vez en alguna de estas situaciones?

Por lo tanto, parece clara la imperiosa necesidad de tomar algún tipo de acción antes de
que nuestros productos lleguen a la obsolescencia.
Pero, ¿cómo podemos conseguirlo?

Los materiales excedentes pueden ser un claro síntoma de muchas cosas, pero suelen ser
firmes candidatos a la obsolescencia. Por consiguiente, si actuamos sobre ellos
minimizaremos el riesgo de obsolescencia.

¿Quieres conocer otras opciones incluso más rentables y eficientes?

Porque, además, podemos encontrar rentabilidades insospechadas en los materiales que
mantenemos inmovilizados en nuestros almacenes.

Y, si además de dedicar nuestro tiempo y esfuerzo a los excedentes ya generados, se lo
dedicamos a detectarlos de forma anticipada, no sólo evitaremos este problema, sino que
podremos generar con mayor antelación oportunidades de negocio que antes no
contemplábamos. Tendremos mucho que ganar y muy poco que perder.

Nunca será suficiente ni efectivo tomar medidas de reducción a corto plazo. El exceso de
inventario no se comporta igual en todas las empresas que gestionan producto, ni las
causas ni las soluciones son las mismas, pero debe existir un control y seguimiento de este
valor para poder tomar las medidas más adecuadas según sea el modelo de negocio. Y
esto requiere un tiempo de constante dedicación.


¿Cuáles son las formas más eficientes de tratamiento de nuestro inventario excedente?

1. Nuevo Producto. A partir del estudio y el análisis de los actuales productos, y los motivos
por los que han resultado excedentes u obsoletos, se pueden sacar conclusiones
interesantes de cara a próximas adquisiciones, compras o diseños de fabricación. (+35%).

2. Nuevos canales. Revisar el actual modo en que nuestros productos llegan al cliente
final. Comprobar la idoneidad del cambio o combinación con otros (online / offline, tiendas
/ distribuidores, E-commerce / Marketplace, Venta directa, Telemarketing, ...). (+50%)
.
3. Nuevos Clientes. Llegar a clientes que antes no nos consideraban como opción, o que
nosotros no habíamos prospectado antes. (+75%).

4. Nuevos Mercados. Descubrir nuevos espacios de venta, con poca presencia de
competidores y altas rentabilidades para nuestro negocio. Investigar las fronteras de
nuestro mercado actual. (+100%).

5. Nuevos Modelos de Negocio. Nuevas formas de hacer las cosas. Diversificación.
Nuevas oportunidades. (+200%).

Crecimiento que se puede conseguir en la actual coyuntura económica de España (OCDE,
2.017). Carles Torrecilla, “Reinventando los modelos de negocio”. YouTube.

Normalmente nos centramos en “producto nuevo”, pero debemos tener en cuenta que los
excedentes no son excepción en todo esto. Pues se trata de materiales que se acumulan a
la entrada de un determinado mercado, con unos determinados clientes, y en unas
determinadas circunstancias.

La clave está en el interés del mercado, saber en qué momento y dónde mover el producto;
pero moverlo. Si en lugar de dejarlo en nuestros almacenes en espera de que llegue su
momento, activamos una búsqueda constante y complementaria para ellos, estaremos
trabajando con visión de futuro.